Ejemplos:
- no te lo voy a repetir, ya te lo dije: ¿No sería más importante responder la pregunta y destrabar a la otra persona?
- sabía que esto iba a pasar: nada como predisponerse para el fracaso, esperarlo secretamente para tener razón…
Creo que siempre es más importante sumar, agregar valor. La razón no suma, si el producto no se entrega a tiempo, si el problema no se resuelve, tener razón es secundario, salvo para deslindar responsabilidades, que en definitiva, también es secundario. Ahora, si se llega a tiempo, si los problemas se resuelven, tener razón no tiene ninguna importancia. En cualquiera de los casos, tener razón no define el éxito de nuestros proyectos, solamente alimenta nuestro ego.
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